Casi un mes sin ordenador y luego sin internet han sido suficiente para plantarme en la semana antes de la boda de mi hijo sin poder comunicar,comunicarme, ni que te comuniques conmigo.
A éstas alturas, con el ordenador arreglado y los intringulis necesarios para continuar con mi labor, sólo me atrevo a solicitarte un poco más de pacienciencia hasta que la boda se termine, porque como es natural, el sprin final de una boda es el más decisivo.
Para entonces, para después del 8 de marzo, leeré los mensajes publicándolos y simultaneamente dandoles respuesta tal y como te mereces, con todos los sentidos.
Hasta entonces, te invito (con un día de retraso) a celebrar el día de mi Andalucia con éste trabajito de una niñita, hoy ya mujer, pero que ya en su infancia rezumaba inteligencia por encima del resto de los de su edad.


