lunes, 29 de octubre de 2007

Adolescencia ¿Y ellos...? ¿Lo saben ellos?

foto creación familiar





En una época dominada por la imagen, los medios de comunicación y el ciber-espacio, parece como si la adolescencia no tuviese razón de ser. Los chavales se creen mayores, los padres arrastrados por la corriente del entorno o la falta de tiempo renuncian a enfrentamientos, los abuelos interceden en pro de caprichos alegando que se vive en otros tiempos… y en menos que canta un gallo, los hijos/as que eran niños, sin dejar de serlos e impulsados por la vorágine socio-tecnológica saltan de la infancia, a adquirir roles de adultos sin pasar por la adolescencia.

Cierto es que esos roles “adultos” carentes de compromiso y responsabilidad, en la mayoría de los casos, los abocan a atolladeros complicados. La confusión de ser niño/a para unas cosas, y adultos/as para otras, cabalgan a unísono tanto con la transformación fisiológica y mental que les imbuye como con la imagen que nos hacemos de ellos.

La edad de los 11-12 a 14 es la edad en que todo es posible por excelencia, por mucho adulto/a que quieran parecer o queramos hacerlos. Son años cruciales, temores y sueños navegan en la misma barca y lo que hoy es blanco para ellos, mañana manifiestan que es negro. Esponjas fácilmente manipulables a merced del líder, la moda, el personaje impactante, o el ídolo musical de turno que luchan por acaparar su atención antes de que posean criterios propios.

A ésta edad, todo parece expuesto para estrenarse, el vértigo de la velocidad impulsa los actos, cualquier cosa adquiere carácter de descubrimiento, y cada conquista trueca a caduca para ser reemplazada por otra conquista flamante, nueva, resplandeciente; el ser alguien es lo que prima a costa de lo que sea. Alguien en el colegio, el barrio, o dentro de en la familia.

¿Quién no ha soñado con ser: Ingeniero, Médico, Profesor, Mecánico, Escritor, Tendero… o simplemente un inventor o descubridor de algo?
¿Quién no se ha sentido fuera del mundo de los adultos, y de los niños?
¿Quién no ha escuchado reproches como “ Hija, ya no eres una niña”, o aquello de “Ya eres un hombre. Yo con tu edad”…?

Sin embargo, de los 15 a los 16 años los sueños se interiorizan como si toda esa transformación íntima fuese cosa de niños. De cara al escaparate se vive para el grupo.

Lo que haga el grupo…
Donde vaya el grupo…
Lo que diga el grupo…

Es el pan de cada día surgiendo a veces un caparazón casi infranqueable en el adolescente pretendiendo librar la más cruenta de las batallas: la del reconocimiento. Esto sin contar los conflictos existenciales y el futuro incierto que captan (consciente o inconscientemente), y ante el que protestan con un comportamiento exterior, me atrevería a decir, como el que ya viene de vuelta de todo. Carcaza de la que raras veces se despojan ante los mayores, quizás porque unos les robamos su adolescencia u otros no les dejamos crecer, contribuyendo juntos, en que se sientan solos contra el mundo cuando en realidad, el mundo está en sus manos. Son el futuro. Los Doctores/as futuros. Los Ingenieros/as/, los Agricultores, los Autodidactas, los Científicos/as… Son los que Administraran la Justicia y los que Gobernaran nuestros Pueblos.
Nosotros lo sabemos. Pero, ¿y ellos…? ¿hasta que punto lo saben ellos?




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2 comentarios:

América dijo...

Como siempre un placer pasar por tu espacio y leer,para no perder...un cordial saludo America.

INMA VALDIVIA dijo...

Gracias mef, encantada de ser tu afitriona.