sábado, 3 de noviembre de 2007

La herencia y la pena de muerte. Ventura Medina II

foto creación familiar


Ni que decir tiene que si mi madre nació en 1923 y tomando como fecha la de 1904 en que sitúa los acontecimientos arriba reseñados implica que no los vivió en primera persona como bien aclara en el último párrafo cuando escribe: “Decía mi padre que nunca…” por lo que me llevó a calcular posibles errores de fechas, nombres, o circunstancias, así que, basándome en la certeza de la ejecución en Osuna de Ventura Medina, puse manos a la obra; ojeé todo lo que obraba en mi poder, Tiempos de Historia, libros relacionados con la pena de muerte, artículos de periódicos viejos, boletines políticos locales de la época de la transición, documentos en Internet y un largo etc. tropezando con aquella tirada corta de la nueva versión de El Paleto que se llamó 2ª EPOCA –el paleto-. Periódico mensual que comienza a editarse en Diciembre de 1979, cuyo nombre evoca “El paleto” originario impreso en Osuna en la Imprenta de M. Ledesma Vidal en el siglo XIX.

Si de algo tiene que vanagloriarse la humanidad entre tantas beligerancias, ofensivas y guerras fraticidas es (además de otras artes) de la conquista de la escritura.
Bien común sin distinción de bandos, religiones, ni ideologías, y aunque, aún vetada a millones de ciudadanos, el testimonio de nuestras raíces y conflictos se hallan en buena medida recogidos en esos signos que otros alcanzaron a dejar por el mero hecho de compartir, ya fuese su rebeldía, o aceptación del transcurrir de sus días, de sus fechas y sus tiempos que les tocó vivir de la misma forma que ahora hacemos los que vivimos, conformando ese gran puzzle multidisciplinar y sin tiempo como si de un único ser se tratara: La humanidad..

Gracia a estas fuentes tanto podemos conocer que en 90 países aún se sigue aplicando la pena de muerte (3.797 personas ejecutadas en el año 2004 – Amnistía Internacional-), como que Ventura Medina fue ejecutado en Osuna el 1 de Octubre de 1889 en El Lejío. Información recogida ésta última en el 2ª EPOCA – el paleto - Nº 2 Enero 1980, pg 9, donde se homenajeaba al periodista D. Manuel Ledesma Vidal que no pudo ver en vida la abolición de la pena de muerte aprobada por la Constitución Española de 1978.

Homenaje consistente en un artículo en el que Mariano Zamora, además de reproducir literalmente la hoja “OSUNA AL DÍA. NUMERO EXTRAORDINARIO. 1º DE OCUTUBRE DE 1889” (lanzada como señal de repulsa por Ledesma horas después de la ejecución de Ventura Medina), como decía, además nos desgrana Mariano Zamora los espeluznantes métodos y la trayectoria de ejecuciones españolas desde 1600 hasta 1974.

Así mismo el artículo recoge que Ventura Medina Rodríguez fue un posadero de Badolatosa que mató de tres porrazos a un quincallero ambulante que vendía lencería y encajes por los pueblos, que enterró el cadáver en la cuadra, y que Isabel, la mujer que vivía con el posadero, por los ruidos, el ir y venir, el talante de Ventura, la tierra removida de las cuadras y quién sabe qué más, cogió miedo y huyó a la mañana a casa de sus parientes. Siendo en la mañana del 1 de Octubre de 1989 cuando Ventura Medina fue agarrotado en medio de un gentío inmenso.

Los entresijos de la historia, de todas las historias y de nuestro pueblo merecen ser contados, conocidos y transmitidos de generación en generación. Conocimientos que brinda a salir de los cajones si son escritos, o de las memorias si son recuerdos. Lo que hoy nos asusta o reprime mañana cautiva, seduce.

Y como ni puedo ni quiero dejar en el olvido las reflexiones acerca de la pena de muerte que en 1889 D. Manuel Ledesma Vidal nos dejó al pueblo de Osuna para la posteridad, por no extenderme, con este artículo "La herencia y la pena de muerte. Ventura Medina II” paso a dejaros con lo más compasivo del ajusticiamiento, con lo que me acerca a la condición de persona miembro de una humanidad en que los sentimientos priman por encima de las injusticias, o la cordura sobre el rencor, sin que por ello tengan que quedarse impunes los crímenes, si no que más bien, los castigos no entren en conflicoto con nuestra cualidad humana.


EL DIA QUE AJUSTICIARON A VENTURA MEDINA
1 DE Octubre de 1889
No ha habido poder humano que lo impida. Dieron las ocho y la justicia de la tierra, dudamos que conforme con la justicia del cielo, izo cumplir a más fatal de las sentencias.
No han sido oídas las voces de clemencia que han elevado corporaciones y personas respetables; no han bastado sesenta o setenta telegramas exp3didos a los ministros. El desgraciado Ventura Medida ha expiado su horrible delito en afrentoso patíbulo, después de haber preparado su espíritu cristianamente, y resignado al parecer con la muerte que se ha preparado para su materia.
Ventura ha pasado la noche perfectamente. Había tomado algún alimento y durmió cinco horas y media; a las cuatro, aproximadamente, estuvo oyendo misa.
Desde las cinco de la mañana un gentío inmenso se aglomeraba en los alrededores de la cárcel e invadía el paso de las calles limítrofes. El comercio ha cerrado sus establecimientos.
Nosotros, sin perder la esperaza no dejamos de ir y venir del telégrafo a la cárcel y de la cárcel al telégrafo.
Quince minutos faltaban para los ocho; Ventura había subido de un salto al carro y parecía afectar bastante ánimo; en medio de fusiles y rodeado del pueblo se dirigía ya al lugar del suplicio y aún no habíamos perdido las esperazas de que sería indultado; todavía esperábamos recibir la tan deseada noticia. Fuimos por última vez al telégrafo; nuestras fuer4zas desfallecen, lo que supimos fue ¡Que el telégrafo permanecía mudo!.
Por todas las calles afluían al Ejido oleadas de criaturas. La mayor parte abrigaba la esperanza de que, acaso ya el reo en el tablado, llegaría el perdón.

Como a unos cien pasos del patíbulo Ventura divisa a su hija que acaban de traer de Badolatosa para darle el último adiós, como era el deseo de Ventura. Se la acercan y el padre la oprime fuertemente contra el pecho, al mismo tiempo que derramaba una mirada incomprensible en torno de aquel público que rodeaba el carro. Esta mirada fue interpretada por cada cual con arreglo a su criterio. Nosotros creemos que el infortunado padre, arrepentido de los trastornos que acarreó su crimen, pedía indulgencia para su inocente hija que apenas si contará cuatro años.


El carro continúa, faltan dos pasos, las fueras despejan y hacen retroceder a aquella masa de gente que rodeaba el patíbulo; se abre paso… El sacerdote redola sus oraciones y ayuda a ajar a aquel cuerpo inerte, porque Ventura tiene la cara de un cadáver. Los hermanos de la Caridad le rodean, el reo sube las escalerillas. Ya arriba todos oran, el sacerdote se dirige a la multitud y pide perdón en nombre de aquel desgraciado…


El verdugo perara el lúgubre aparato, se cerciora de la impunidad de su obra y cubre el rostro de la víctima… ¡Un eco doloroso arranca de todos los pechos! ¡El férreo tornillo ha girado: ha cortado el hilo de una existencia; la justicia humana acabó de consumar su castigo…
¡Qué pocos tendrán en cuenta el desastroso fin de Ventura Medina Rodríguez!

La fotografía con la que acompaño el artículo es el alegato contra la pena de muerte, escrito por M. Ledesma Vidal y que repartió, hace más de un siglo, por las calles de Osuna mientras que hoy, en el 2007, en los EE.UU. (el país más poderoso de la tierra) se miran el ombligo debatiendo sobre el método más eficaz para matar a los condenados, y hasta sus Cortes Supremas cuestionan si son crueles e inconstitucionales las ejecuciones con la mortal mezcla química. La perplejidad de cientos de mujeres y hombres llega hasta rincones recóndito al descubrir que en ningún momento este debate va encaminado a la abolición de la pena de muerte, más al contrario, lo único que pretenden es afianzarla con ahínco e incluso pretendiendo laurearla con un halo Constitucional centrándose el debate en la sustitución de “la mortal mezcla química” por otro método más eficaz como por ejemplo “la guillotina”. “A la persona se le corta la cabeza y ése es el final” dijo a la CNN el inventor de la inyección letal doctor Jay Chapman.


© Copyright.2005-2007 Inma Valdivia. Todos los derechos reservados.
blog-feed.g?blogID=20080040

No hay comentarios: