jueves, 25 de septiembre de 2008

El monumento, mi Chofar, y...mis retrasos

Sevilla 2008.foto creación familiar.

Autobús, Sevilla, rebullir de gentes, Prado San Sebastián, Tranvía… De nuevo el ir y venir periódico, días exactos y recurrentes. Las prisas… Café en casa temprano (no hay tiempo de teé) para luego, andando por Tetuán:

- ¿Cierro el blog?, avisando a mis amigos y lectores, claro. No sé. No puedo dejar tanto tiempo sin actualizar y comunicarme con ellos. Pero me urge la novela. Ya es que estoy en ese estado catártico que no alcanzo. No hay duda, es un agujero que todo se lo traga. Pensamientos, tiempo, ideas, escenarios, reflexiones, nombres, claves, correlación, eslabones… ¡Uf! 10 minutos para las 11 ¿A ver quién dice qué el tiempo no se rige de forma diferente frente al teclado? De todas maneras desde aquí, La Campana, hasta la calle Imagen me sobran tres minutos. ¡Pero bueno… Después de dos meses sin venir por la Escuela de Escritores y… ahí está como una institución! ¡Míralo! ¡Con su risa blanca pintada y su gran nariz redonda al lado de Bellas Artes! ¡Ya ni me acordaba! ¿Lo inmortalizo en una foto? Pues sí. Éste hombre se merece un monumento. ¡Ponerse todos los días su inmensa sonrisa de payaso con la que enfrentarse al mundo…! ¿Quién dice que no me inquietará el día que no le vea? Ya está. No creo que le siente mal. Los indios decían de las fotos algo así como que le robaban el espíritu. Quizás haya algo de verdad al eternizar la impronta.

Entro en clase. Termina clase. 1 del medio día. Al salir, mi compi, Maria Ruiz, me dice que lee Rengloneando Libretas, que la encontró por casualidad (caprichos de Internet). Despedida. Plaza Nueva. Tranvía. Prado San Sebastián, rebullir de gentes. Autobús Linesur de vuelta a casa:

- No sé. ¿Cierro el blog por dos meses…? Si ha sido creado y lanzado para ser encontrado sin avisar a nadie, sin dar la dirección a nadie ecepto a hermanos e hijos y ya llega a tantísima gente, si los lectores, amigos, relaciones sociales, son una de las mejores riqueza espiritual y recíprocas que me aporta… No se. Tal vez una hebra de sinceridad confesando mis incertidumbres, solicitar un poco de paciencia si me retraso en las entradas y pedir perdón a mis lectores que se que esperan impacientes, muchos de ellos, las Reflexiones literarias o algunos cuentos de El Cuerno del Unicornio ¿Será sufriente?
Las 2,30 pm. Resoplan ruedas de autobús anunciando la frenada. Antes de bajar:

- ¿Pilar? ¡Mi chofar! ¿Una fotito?
-
Sonríe. Pienso en ustedes: Espero después compénsar con creces mis retrasos .
..........................................................foto creación familiar. 2008. Pilar Linesur
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7 comentarios:

Raúl dijo...

Calma Inma, calma... Que el tiempo sólo mide lo que le dejemos nosotros que mida.

América dijo...

Nada de cerrar el blog,tomaremos café en vez de teé,constante como el protagonista de tu foto,que seguro aun conserva su espíritu,yo también te encontré por casualidad y aquí estoy siguiendo a la escritora,no importa si no publicas seguido hay tanto material interesante en tu blog!!!!!...Pero de despedidas temporales nada,aunque se a cada 15 días,nos cuentas aunque sea como va las cosas y la novela.....Un abrazo y animo......

Juan Duque Oliva dijo...

Sin prisa ninguna cariño.

Ninguna.

Besos

Anónimo dijo...

raúl, gracias por comprender que el tiempo en esta casa virtual se medirá con otros relojes.

Mi américa, tu aliento constante, una perla encontrada en mi camino.Compensando tus espectativas ¿No comenso las mías?
Agradecida me tienes.

Luz de Gas, sí, sin prisas, pero a lo loco.

Besos también para los que lleguais, sabeis que os estaba esperando, aunque puede que me encontreis con las manos en otro teclado sin poder responderos.

Homeronica dijo...

Inma: No cierres el blog; solamente tienes que publicar a tu ritmo, de acuerdo a las circunstancias. Yo también ando falta de tiempo pero aquí estoy, en el oficio cuando puedo. Un abrazo. H.

Mos dijo...

Me voy a repetir Inma: No cierres el blog. Estamos acostumbrados a pasarnos por él de vez en cuando. No te agobies. Échale más hierbabuena al té de todas las tardes y sigue con tus amigos blogueros.
Un abrazo de Mos desde la ESFERA.

Anónimo dijo...

lo dicho, abierto queda mos y homemero, marcando el tiempo un reloj dilatado donde los días no rigen 24 horas, ni las horas sus 60 minutos.
Gracias por estar ahí.

Muchos besos literarios.