miércoles, 9 de agosto de 2006

Caleidoscopio

foto cración familiar



Recordó qué tiempo atrás emborronó folios y papeles buscando sacar la dimensión de unas ilusiones que el tiempo se encargó de guardar en el cajón de los desechos. Nunca llegó a terminar la novela y ahora, cuando el sol ejerce su función más furiosa para la que ha sido creado, ahora, precisamente ahora que los goterones de sudor le caen por la espalda piensa en aquel verano, el sol era luz, no fuego que le extirpaba el pensamiento porque hoy por hoy la temperatura del mar Mediterráneo superaba los 30º, cosa casi fantasmagórica en aquel verano en que comenzó su novela. Crecer y multiplicaos había dicho dios a todos los seres de la tierra, creced y multiplicaos… toneladas y toneladas de medusas se multiplicaban por el efecto del calor mientras él, ajeno al fenómeno rebusca los manuscritos con la intención de retomarlos.
Tres días y tres noches le llevó ponerse al día. Ahora volvería a desmenuzarlo concienzudamente. Determinar el físico de sus personajes, la relación entre ellos, las distintas personalidades, modus operando, voz, lenguaje, inquietudes, parentesco, acontecimientos… quizás debiera cambiarlos de trabajo y escenario, la sociedad avanza como un caleidoscopio vertiginoso convirtiéndolo todo en senil y desfasado antes de nacer.

- ¿No te acuestas? – dijo su mujer desde el dormitorio.

A su mujer, una eficiente administrativa con jornada de nueve a dos y de cinco a ocho, esbelta maniática del orden que, tanto aplazó los hijos que se le pego el arroz, y que ahora, por más que lo intenta, la sal de la caducidad espolvoreaba sus entrañas, no le hacía ni pizca de gracia la ausencia de su hombre. Para qué se mete en esos embolaos, siempre será un escritor frustrado, se decía abanicándose con el cartón de la caja de zapatos. Y es que ella, nunca sabía lo que pensaba su marido: ¡era tan complicado!... Tenía que haberse casado con un hombre que sólo pensara en su casa y su trabajo, y luego a divertirse, como los demás matrimonios, no que él llevaba ese halo de disgusto analítico por donde quiera que iba. A veces pensaba que hubiera sido un buen criminal, tan meticuloso y hermético… semejante a la luz entre los bosques gallegos.

Afuera, la luna tenía una redondez casi perfecta y el asfalto caliente asfixia las estrellas. Él miró el reloj intuyendo que estaba próximo al reencuentro con las letras, como aquel día lluvioso de mayo que apareció José Arrabali Palomo, el del Círculo de Lectores, con la intención de hacerle socio:

- ¿Pero qué dices? – censuró Bruno - ¿Tú crees que tengo sitio donde tener más libros? Anda… pasa, pasa. La puerta no es buen sitio para hablar de negocios.

Y José, ya dentro, cambió su propósito de venta transformándose en el adoptador de libros más entusiasta, con el fin de ampliar su pequeña biblioteca.

¡Tuvo suerte el jodido!, piensa Bruno abriendo la correspondencia del día anterior, tuvo suerte, no solo salió con varios libros y manuscritos bajo el brazo, sino que se llevó mi compromiso de mantenerme de socio durante dos años (para no perder su comisión) y qué, en algún libro o relato le nombrara. No sé si aún se dedica a eso, ni si sigue viviendo en su barrio malagueño, pero de lo que estoy casi seguro es de que, su teléfono no es 687586618, porque hoy día, todos los jóvenes cambian de móvil con la misma facilidad con que se cambian de calzoncillos.
blog-feed.g?blogID=20080040

5 comentarios:

PRIMAVERITIS dijo...

Me has hecho pensar de una forma muy retorcida con este espejo convexo de mi vida futura,
hoy estoy pedante, lo siento.

Byron Ronquillo Narváez dijo...

Estimada Inma gracias por sus buenos deseos y por festejar conmigo mi cumpleaños número 27, en verdad muchas gracias :)

cheqa dijo...

es cierto..la puerta no es buen sitio para hablar de negocios siempre que sean monetarios..
para otras situaciones las puertas son tremendamente cómodas, incluso oportunas...
en fin! ahora ni yo me entiendo!

INMA VALDIVIA dijo...

primaveritis--- nada de pedante, de una forma u otra todos nos hacemos pensar reciprocamente.

Byrongyo--- y que cumplamos muuuchos más.Ya, lo festejaremos.

Cheqa--- eres bien recibida, pero pasa, pasa. Siéntete cómoda, como yo me siento en la puerta de tu casa.

Byron Ronquillo Narváez dijo...

Estaba leyendo y recordando los miles de proyectos que alguna vez empecé y poco a poco olvide y fueron quedandose por allí en algun lugar del tiempo y de los recuerdos....
Saludos vecina muchos saludos¡