miércoles, 10 de junio de 2009

Carta a mi hermano Rafael en el día de su jubilación.


Rafael, amante de mar y oleajes, retazos de tardes a la sombra de las redes.

Cuando me encargaron en nombre de todos tus hermanos decirte unas palabritas, lo primero que se me vino a la cabeza fue aquel día que entre la bulla conseguiste colarme en el Alvarez Quintero, aún era chica, yo miraba la película de Marisol orgullosa de mi hermano mayor, y tú, arrimando la cabeza misteriosamente, casi a mi odio, preguntaste:

- ¿Qué? ¿Tienes novio?
- No ¿por qué?
- Cuando salgas con alguien, o tengas novio, de cintura par arriba lo que quieras, pero de cintura pa abajo...

Ha llovido mucho desde entonces, y no voy a pasar revista por la ducha de cubo (de la calle Sosa) la muñeca de cartón de la tómbola de Consolación, las seresillas, ni mucho menos por el pepón y la escopeta de balines o las bombitas del corral, porque lo que realmente queremos es felicitarte.

Llegar a los 60 junto a tu mujer Maribel, y tus hijos Dani y Monsalud queriendoos, ya es un logro del que cualquier persona se sentiría orgullosa, pero además tú, Rafa, al igual que nosotros has sido muy querido por nuestros padres, te has sabido hacer querer entre tus compañeros, tus amigos y nosotros.

Felicitarte por los logros en tu trabajo que te han permitido jubilarte con holgura, felicitarte y felicitarnos por la suerte que hemos tenido al estar ahí buscando puntos que nos unan, olvidando lo que pudieran separarnos, acudiendo cuando se te necesitaba y necesita, aconsejando, resolviendo y apoyando la unión entre los hermanos por encima de todo... O lo que es lo mismo: has sabido ganarte a pulso tu papel de primogénito.

Ya, ya sabemos hermano
que, entre copitas de Argüeso
y racioncitas de mariscos
se concibieron tus huesos.

Nosotros queremos darte las gracias por ser como eres, por gustarte comer y QUE NOS INVITES, por enseñarnos a ser desinteresados, y por esa sensibilidad que lejos de guardártela para ti, aflora ante nosotros sin reprimirla.

Mirándonos aquí me digo:
--¡Jó! Parece mentira que ya estemos en el clan de los sabios.

Y sí, aquí estamos todos, desorientados, empujando la puerta de los 60
Tu eres el primero Rafa. ¡Te tocó la china! Nos tienes que marcar el rumbo.

Y no olvides nunca que de la misma forma que cuando nos llamas por teléfono, Rafa, orientados a tu voz, el mar se nos cae encima lleno de pulpos, de la misma forma hoy volcamos en tus espaldas todo nuestro cariño.
Febrero 2008.

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