jueves, 22 de diciembre de 2005

HOMENAJE PÓSTUMO

EL FURTIVO RINCÓN DEL PENSAMIENTO

De nuevo las imágenes se iban agolpando en algún furtivo rincón del pensamiento. ¡Parece inaudito que quepan tantas imágenes en la cabeza!. Estaban vivas, palpables. Y allí estaba él, mi padre, dibujándose en mis percepciones y cargando de luz, de movimientos, de olores, de sonidos, la oscuridad de la noche. Era como si volviese de un largo viaje. ¿O más bien venía del pasado al presente con su cuerpo etéreo, intangible, repitiendo tiempos vividos, coloreando las sombras y el silencio?.

Y es que, cuando vamos pasando por el tiempo, ocupamos un lugar en el espacio y, el espacio se abre a nuestro paso y, nos va tragando y tragando en una aventura sin retorno.

Con frecuencia he oído decir a los mayores que las personas vamos escribiendo con nuestros actos el libro blanco de la vida. Pero ahora, después de haber vivido lo que he vivido, se me antoja que no es del todo correcto sino que, más bien, el entorno, los sucesos ajenos y lo que hacemos, se va transcribiendo en nosotros como una enorme mano que escribe en el pergamino del cerebro. Unas veces enlazando signos, otras, echando con ruido por la boca del bolígrafo borrones y garabatos como gases de un inmenso estómago. Pero siempre, grabando en nuestro espíritu caligrafías de sangre y fuego.

Oí murmullos que brotaban por toda la casa. Un soplo ligero pasó por el cuarto. Hice un gesto extraño...




Fragmento.



Publicado en:
revista EL UNICORNIO,
y en mi libro DESDE DETRÁS DE LAS GAFAS.

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