- Dios ¡Despierta! Despierta Dios, Jehová, Yahvé Deidad, Todopoderoso. ¡Despierta! ¡Despierta! – gritaba San Pedro desesperado con la barba erizada, pisando entre las nubes del cielo de un lado a otro, con aquella llave inmensamente grande, que le había tocado llevar de penitencia, a modo de guardián del universo.
- ¿Qué ocurre? ¿por qué me llamas así, Pedro?
- ¡Perdona Dios! – Exclamó suspirando con alivio.
- ¿Acaso no sabes qué nunca duermo? ¿Qué permanezco despierto, como un centinela omnipresente en la infinitud de la eternidad? – dijo Dios mirando a San Pedro con aire de reproche.
- Dios, por un instante, al ver tus párpados cerrándose creí que dormías.
- ¿Cómo que después de dos mil años aún no me conoces Pedro? – censuró ofuscado –Eso no es digno de ti. Es que ¿ya no confías en mí?
- No es eso Dios. Sí confío. – relataba San Pedro sujetando la gran llave con las dos manos y cambiándola de hombro – Sólo qué, al ver las estrellas dislocadas, especies de animales y plantas extinguiéndose de la tierra, catástrofes naturales, el cambio climático... creí Dios que, cerrabas los ojos.
- ¡Ay! ¡Pedro, Pedro! Tú eres mi roca sobre la que edifiqué mi Iglesia. Te perdoné que me negaras tres veces, sí tres veces en el monte del calvario. Te senté a mi derecha y te di las llaves de mi reino. ¿Por qué desconfías de mí Pedro? Hombre de poca fe. ¿Has olvidado que eso sucede en cada parpadeó que doy?
- No lo he olvidado Dios, pero es que en éste parpadeo… – San Pedro temió ser imprudente y guardó silencio.
- ¡Habla! No tengas miedo – ordenó Dios con la autoridad que le confería su poder.
- Pues qué, te habrás entretenido un poco más en abrir los párpados y el hombre, ha descubierto la ingeniería genética... e inventado Internet.
- La ingeniería genética se la cedí; pero ¿Internet? ¿Qué es Internet? – preguntó Dios extrañado, apartando con sus manos las estrellas del universo y mirando hacia abajo.
Y vio Dios a Internet. Y miró por Internet. Y al ver todos aquellos portales con tanta gente hablando unos con otros desde cualquier lugar del plante, con páginas de astrología, física, pornografía, tráfico de armas, economía, buscadores de empleo, de concursos literarios, de ciencias y tecnologías, portales sanitarios, de venta de órganos, de dietas... en definitiva, otro universo con tantas ofertas casi como el suyo propio; y sobretodo, al ver Dios que era fácil para la máquina hablar con el lado oscuro del hombre se dijo : “Y ¿ todo esto ha sucedido sin cerrar del todo los ojos?”
Y Dios, con los pelos de punta y los ojos alobados, se volvió medio loco. Y empezó a planear entre los distintos planos y grados relativos del infinito, de allá por los confines del todo hasta la nada; desde lo alto a lo bajo, desde lo lleno a lo vacío; y planeaba desde lo oscuro e impenetrable hasta lo nítido penetrable, desde el abismo a lo manifiesto, desde lo furioso a lo sereno, desde lo secreto y hermético a lo abierto y desvelado.... y quedo planeando, por los tiempos de los tiempos.
De mi libro El cuerno del Unicornio
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